[Revista RSVP, Noviembre de 2004]
¿Encontraría a Chloé?
Por Fabio Blanco
De Hidrografía Doméstica no deja de asombrarme y fascinarme
la personalidad de Chloé, su protagonista. Quizás porque
es una nena de 12 años que vive en su propia casa al fondo de la
de sus padres, a los que algunas veces visia a la hora de la cena. Tal
vez porque a diferencia de los otros niños que la rodean, incluyendo
a Daphnis (asi es, Daphnis y Chloé), su amiga íntima, fanática
de The Police y seguidora de las novelas de Grecia Colmenares, Chloé
vive un riquísimo mundo intelectual, que no solo la aleja de placeres
básicos como los dibujos animados (un animal que se llama
Correcaminos (...) come unas montañitas de algún tipo de
maíz que le suministra el Coyote; éste por lo general trabaja
con dinamita) sino que también la acerca, literalmente, a
los adultos. Pero es claro que ella no pertenece a uno ni a otro mundo.
Entre los chicos de su escuela es un personaje misterioso, capaz de asombrar
con su serenidad o con su habilidad para defenderse a patadas de varios
pibes. Lo que no impide que entre gente grande que la trata como a una
igual, se sienta como una nena... Amén de la paradoja de adultos
atrapados en cuerpos de niños y viceversa y la búsqueda
del propio lugar, vuelvo a destacar el estilo de Castro a la hora de pintar
paisajes, situaciones e incluso sueños. Me hace desear que Hidrografía...
caiga ya en manos de jóvenes lectores, que se convierta en objeto
de culto y que Chloé sea la Maga del siglo 21. Va siendo
hora de renovarse.
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